Seguro que eres amante de la pasta como lo somos nosotros, y si además no cuentas con demasiado tiempo para dedicarlo a remover salsas y otras cocciones largas, esta es ideal para que un día la pruebes.
Ingredientes para 2 personas
Tiempo de elaboración: 45 minutos
Dificultad: baja
Para ello necesitarás
200 gr de Spaghetti
3 dientes de ajo
1 cayena
Queso parmesano
2 yemas de huevo
2 Tomates
Sal
AOVE
Orégano
Lima
1 Pon una olla de agua al fuego para que podamos preparar la pasta. Añade cerca de una cucharada de sal para que nuestra pasta quede con mayor sabor.
Mientras esperamos a que el agua esté lista para poder meter los spaghetti, prepararemos los tomates asados.
Córtalos en cuartos y espárcelos sobre una fuente de horno. Añade sal y orégano al gusto, aceite de oliva y un diente de ajo picado.
Mételos al horno unos 20 minutos, a 180º.
2. Una vez el agua de la olla haya roto a hervir, introduce la pasta y remuévelos de vez en cuando para que no se peguen.
3. En un bol echaremos las dos yemas de huevo, las que mezclaremos con queso parmesano rallado al gusto, y la ralladura de media lima.
4. En una sartén, fríe en láminas los dos ajos restantes junto con la cayena. Presta atención para que no se queme el ajo y no nos amargue el sabor del plato.
5. Cuando la pasta esté cocida con la dureza que nos guste, reservamos un vaso del agua que hemos utilizado para cocinarlos.
6. Una vez escurrida la pasta, meter los spaghetti en la sartén donde teníamos el ajo y la cayena. Rehogamos y apartamos del fuego.
7 Cuando hayas apartado la sartén del fuego, vierte la mezcla del bol con las yemas y el resto de ingredientes, más el vaso de agua de la cocción anterior.
Remueve rápidamente para que el calor de la pasta no cuaje el huevo, y sírvelo en el plato que te guste.
8 Si ya tienes asados tus tomates, añádelos a tu plato de pasta, y echa más queso parmesano si lo prefieres.
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